Publicado el 5 de noviembre de 2018
Alrededor de este tiempo, hace dos años, vimos al ilustrador Klaus Kremmerz, bolígrafos en mano, haciendo algunas de las obras de arte más llamativas jamás creadas con una punta de fieltro borrosa. Desde entonces, Klaus ha estado ocupado ilustrando trabajos para publicación tras publicación, desde The New Yorker hasta The New Yorker Times. Con una gran cantidad de comisiones en su haber, Klaus se ha tomado un tiempo para crear su propia publicación, interpretando visualmente la historia corta de John Cheever, The Swimmer, de 1964.
Una de las “obras maestras” de las que Klaus siempre se ha enamorado, la narrativa de The Swimmer fue el primer pensamiento de Klaus cuando los editores portugueses Stolen Books le pidieron que hiciera su propio libro. "Es una historia intensa", dice el ilustrador It's Nice That, del corto, originalmente publicado en The New Yorker, antes de ser adaptado a una película en 1968. Al hablar de la dependencia de una persona en el alcoholismo, "de la cual el protagonista es una víctima". La historia del Swimmer toma un giro cada vez más oscuro que, según las palabras de Klaus, es "conmovedor y dramático, pero al mismo tiempo fresco y lleno de vitalidad".
Un buen ejemplo de cómo un ilustrador puede trabajar con la narrativa para construir sobre una historia original, la versión de Klaus de The Swimmer está disponible a través de Stolen Books aquí.
Al utilizar la narrativa de The Swimmer, Klaus comenzó cada ilustración del libro al enfocar "mi atención en el agua, por supuesto", y descubrió cómo usar la metáfora visual para mostrar diferentes sentimientos en cada panel ilustrado. Por ejemplo, en una página, el protagonista está solo en una piscina vacía con un paisaje abrumador que se eleva sobre él, otra es más tranquila cuando Klaus ilustra al personaje nadando tranquilamente a través del agua en sus clásicas texturas rellenas de puntas de fieltro.
Otros de los objetivos de Klaus 'al ilustrar fueron dar a las ilustraciones del libro un sentimiento cinemático, jugar con perspectiva, a menudo dibujando fondos desde puntos de vista alternativos, ya sea haciéndolos parecer acogedores o bastante desalentadores. Para lograr esto, comenzó por dibujar un paisaje primero, luego colorearlos con cuidado, lo que significa que el libro completo tomó cuatro meses en completarse.